Imaginación...
En el país que vivo no necesito
la protección de la marina
porque no hay costas
a pesar de vivir en una isla.
En el país que vivo no me
aturden los ensordecedores
suplicios de los animales
en los rastros, por que
las hormigas me distraen
con su canto mientras trabajan.
En el país que vivo los pajaritos
no cantan y aún así las nubes se levantan
a los cielos azules, negros, rojos, grises,
en la forma que soñamos.
En el país que vivo el mayor consumo
recae en las carteras
de los que sueñan y hacen el bien.
En el país que vivo no tenemos
himno nacional para evitarlos
el equivocarlos al cantarlo y
el pedir, cambien la letra, de una vez
al compas de la realidad,
y para dejar atrás los nacionalismos empáticos.
En el país que vivo menos
tenemos flor nacional
para no dársela en comida típica
a extranjeros.
En el país que vivo
los ciudadanos son ciudadanos
y son reconocidos por su práctica
sin teoría.
En el país que vivo de mujeres y hombres.
En todo el mundo piden los hombres
por las primeras
para que se presten a denigrarse
en concursos de belleza
así mientras los machos
no caballeros
ni hombres
piden por que nuestras paisanas
participen y lo hacen con la buena fe
de que así el certamen
no sea vendido tan descaradamente.
En el país en que vivo
no se vive de la política, y se le eligen
a tiempo a los ciudadanos-funcionarios.
En el país en que vivo
los compatriotas son imaginarios.
CARLOS GODOY
EL SALVADOR.
la protección de la marina
porque no hay costas
a pesar de vivir en una isla.
En el país que vivo no me
aturden los ensordecedores
suplicios de los animales
en los rastros, por que
las hormigas me distraen
con su canto mientras trabajan.
En el país que vivo los pajaritos
no cantan y aún así las nubes se levantan
a los cielos azules, negros, rojos, grises,
en la forma que soñamos.
En el país que vivo el mayor consumo
recae en las carteras
de los que sueñan y hacen el bien.
En el país que vivo no tenemos
himno nacional para evitarlos
el equivocarlos al cantarlo y
el pedir, cambien la letra, de una vez
al compas de la realidad,
y para dejar atrás los nacionalismos empáticos.
En el país que vivo menos
tenemos flor nacional
para no dársela en comida típica
a extranjeros.
En el país que vivo
los ciudadanos son ciudadanos
y son reconocidos por su práctica
sin teoría.
En el país que vivo de mujeres y hombres.
En todo el mundo piden los hombres
por las primeras
para que se presten a denigrarse
en concursos de belleza
así mientras los machos
no caballeros
ni hombres
piden por que nuestras paisanas
participen y lo hacen con la buena fe
de que así el certamen
no sea vendido tan descaradamente.
En el país en que vivo
no se vive de la política, y se le eligen
a tiempo a los ciudadanos-funcionarios.
En el país en que vivo
los compatriotas son imaginarios.
CARLOS GODOY
EL SALVADOR.
1 Comments:
At 1:51 da manhã, Luís Norberto Lourenço said…
Amigo Carlos,
Sempre belos, corajosos e sensíveis os teus poemas, mais não digo, prefiro divulgar e fruir a tua poesia. Um abraço,
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